jueves, 16 de julio de 2009

Aniversario

Mamá y papá cumplen hoy 27 años de casados. Antes, estuvieron cinco años de novios. Eso suma más de 30 con la misma persona al lado.

Por supuesto, tuvieron sus altibajos, pero ni mis hermanos ni yo llegamos a enterarnos. Jamás durmieron enojados en camas separadas. Jamás se pelearon frente a alguno de los cuatro.

La última vez que anduve por mis pagos, hace tres semanas, andaban a los besos como adolescentes de quince años. Mi viejo prende el fuego de la chimenea, se tira en el sillón y ella le hace caricias en la cabeza. Hacen eso todos los domingos de invierno desde que yo tengo memoria. Y hace tres semanas, la tradición seguía intacta.

No son viejos. Al contrario, son tipos cancheros, con hijos de cabezas abiertas que lograron convertirlos en personas modernas. Nada los sorprende, pero todo los emociona.

Son una sociedad perfecta. Hacen negocios consultando al otro. Nunca se ocultaron nada. Todo lo llevan de la mano.

Dudo que alguna vez se hayan engañado: mamá lo terminaría diciendo de nervios y a papá se le notaría en los ojos.

Hace unos años, en un asado íntimo, papá nos dijo que cuando se vaya, a él le gustaría que tiren sus cenizas al Río de la Plata que tanto navegó. Mamá pidió que a ella también, para seguir juntos después.

Ojala algún día yo encuentre a alguien con quien compartir mi vida de esa manera. Salud, viejos, feliz aniversario.