lunes, 31 de marzo de 2008

Un lugar








Y después de 30 años de lucha, hoy la vi llorar a tu vieja.
Lloraba porque tiene un lugar para vos. Porque aunque no sepa donde estás, tiene un lugar con tu nombre para recordar.
Y tiramos flores al agua en tu nombre, y caminamos por tu nuevo lugar.
No te conocí, porque no nos dejaron. Pero la gente no para de decirme que eras espectacular. Las personas hoy me abrazaban porque tenemos la misma sangre y el mismo apellido.
Aunque te sigamos buscando, Motas, ahora tenemos un lugar para irte a llorar. Como lloraron hoy tus hermanos. Yo los vi, el amor convertido en angustia.
Tu nombre ya está grabado en la Ciudad. Para que en la piedra donde está escrito caiga la lluvia, y para que cante la cigarra al sol. Para que te llegue la brisa del Río de la Plata que vio sufrir a tus compañeros, y para que haya memoria en tu honor.
Es verdad, no te conocí. Pero te quiero tanto, Augustito. Y te seguimos buscando.



Para Augusto María. Escrito en agosto del 2007, después de la inauguración del Parque de la Memoria.

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